Cuando escuchamos que nuestra banda favorita sacará un nuevo álbum después de tiempo, nos ponemos como niños a vísperas de navidad. Simplemente, esperamos lo mejor de aquel grupo que con sus clásicos temas nos maravillaron los oídos. Sin embargo, muchas veces la caída suele ser más dolorosa cuando más alta está tus expectativas.
Ejemplos hay muchos, pero en este post te ahorramos la bochornosa búsqueda, recopilándote los 10 discos más decepcionantes de nuestras bandas favoritas. ¿Disfrútenlo?, como sea, ahí vamos:
Pink Floyd – A Momentary Lapse Of Reason
Agradecería que apaguen sus antorchas y me escuchen por un momento. Y es que no necesariamente un disco decepcionante tiene que ser malo. A veces, simplemente no llena las expectativas de un público tan selectivo y exquisito como el que tiene Pink Floyd. Banda que se ha llevado el galardón a una de las mejores de la historia, gracias a álbumes tan sublimes como The Dark Side of the Moon, o el famoso The Wall. Simplemente, A Momentary Lapse Of Reason de 1987 no es más que un álbum progresivo más que no tiene nada de especial. Y si a eso le sumamos que su fanaticada esperó 4 años a que salga este nuevo disco que prometía ser otra obra de arte, se puede decir que es una total decepción. El álbum no es malo, pero se puede encontrar mejores trabajos en cualquier tienda de discos.
Black Sabbath – Never Say Die
El último disco de Black Sabbath con Ozzy Osbourne al frente hasta su regreso en 2013 no fue ni de lejos lo mejor que los británicos nos pudieron demostrar. De esta manera, “el príncipe de las tinieblas” se fue por la puerta de atrás, permitiendo al grupo resucitar unos años después con otros vocalistas que devolvieron a Sabbath el misticismo que se iba perdiendo conforme pasaban los años, y que se esfumo en este cuestionado disco, cuyos tracks permanecen hasta hoy bajo la alfombra
Megadeth – Super Collider
Si hay algo que se le agradece a Megadeth, es el hecho de mantenerse activos y siempre grabando algo nuevo, a pesar de los problemas que suelen generarse. Sin embargo, esta prisa se notó en su producción del 2013 “Super Collider”, el cual fue anunciado con bombos y platillos, y que causó tanto hype que superó varios records de descargas al emitirse su versión digital. Recuerdo a David Ellefson diciendo que este álbum sonaba como al Megadeth de la época del “Killing Is My Business… And Business Is Good!”. Nada más alejado de la realidad.
Red Hot Chili Peppers – One Hot Minute
Cuando en el año 1991 los RHCP sacaron al mercado el emblemático disco Blood Sugar Sex Magik, alcanzaron fama a nivel internacional que se mantendría hasta hoy. Fue tal el recibimiento del público, que no se podía esperar más a que esta fresca agrupación saque un álbum nuevo, pero como (se supone) que lo bueno se hace esperar, nos tuvimos que aguantar 4 años para escuchar lo nuevo de los chicos de california. ¿El resultado? Una total decepción. Simplemente, no era ni la sombra de lo que los fans esperaban. Afortunadamente, luego sacaron otros clásicos como el aclamado “Californication” y el “By the way”, que los regreso a la órbita del éxito. Por lo tanto, One Hot Minute sufrió el hecho de ser el niño feo de entre todos los bonitos, quedando sepultado en el olvido de los fans y de los mismos músicos que no tocan un solo tema de este álbum en sus conciertos
Slayer – Diabolus In Music
Eran los noventas, y el metal volvía poco a poco a figurar en las preferencias de los nuevos fans que dejaron de escuchar por un momento a Nirvana o Soundgarden, para agitar sus cabezas luego de una década con el revolucionario Groove que ofrecían bandas como Pantera, Korn o el nuevo Sepultura. Es por ello, que muchos otros grupos de metal ochenteros prefirieron cambiar su estilo a algo más moderno para no desaparecer. Sin embargo, hay bandas que algunos fans de ‘hueso colorado’ preferiría verlas enterradas antes de ‘traicionar’ su estilo. Una de ellas fue Slayer, quien cambió totalmente su fulminante Thrash metal, por algo más Groove, incluso algunos temas se podrían considerar Nu-Metal en el apestado “Diabulus In Musica” de 1998. Irónicamente, fueron sus clásicos temas y un disco posterior a este llamado “God Hates Us All”, los que le permitieron salvarse de la bancarrota musical. El mismo Kerry King intentó hace unos años desligarse de la parte creativa de este mal álbum, alegando que no tenía nada que ver en este experimento.
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